Los plátanos no crecen de una semilla, sino de un bulbo o un rizoma. El tiempo entre la siembra de una planta de plátano y la cosecha del racimo es de 9 a 12 meses. La flor aparece en el sexto o séptimo mes. Los plátanos se cosechan durante todo el año – no tienen una temporada de crecimiento.
El cultivo de los plátanos es, por lo general, intenso en trabajo, y consiste en la eliminación de vegetación de la selva, el apuntalamiento de las plantas para contrarrestar el torcimiento por el peso de la fruta, y la irrigación en algunas regiones. Además de un intensivo uso de pesticidas, el proceso de producción convencional consiste en cubrir los racimos de plátanos con bolsas de polietileno para protegerlos del viento, de los ataques de insectos y pájaros y para mantener la temperatura óptima.
Después de nueve meses, se cosechan los plátanos cuando aun están verdes. En la bodega de empaque se inspeccionan y se clasifican los plátanos para la exportación.
Para garantizar mejores rendimientos y plantas más resistentes a las condiciones climáticas, las semillas pasan por un proceso de lavado y desinfección.